El pasado 2 de diciembre tuve la suerte de participar en mi primer ruta solidaria y la causa merecía el sacrificio de madrugar un poco. Un niño pequeño llamado necesita una silla especial para llevar una vida en buenas condiciones, aparte del inmenso que le profesa sus padres.
Aquí estamos antes de realizar la ruta con mi grupo de amigos que hacen realidad mi sueño de conocer Extremadura.
En esta segundo fotos posamos con la bandera de Extremadura y la bandera de Don Alvaro.
Siempe es emocionante comprobar que el ser humano se mueve por ayudar a un niño y eso siempre es de agradecer, porque cualquiera puede necesitar ayudar en un momento determinado de su vida.
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